ACERCAMIENTO

La tarea de educar es siempre una tarea en equipo. Educar para leer literatura requiere acuerdos globales y la participación de todos los miembros de la comunidad educativa, también y por supuesto de las familias. El camino para la consecución de este fin será largo, a veces tortuoso y en algunos momentos poco gratificante pero a la larga, con el método y la constancia apropiados, seguro que es fructífero. Este camino el alumno no lo puede hacer solo, deberá ser guiado, acompañado, ayudado, alentado, reorientado, supervisado. Esa es la tarea del docente dentro de un Plan de lectura de centro,  que diferencie dos aspectos:
  • El fomento de la lectura como acto personal y libre, tal y como funciona socialmente. Su objetivo es la autonomía lectora de literatura como acto voluntario autónomo y placentero. Se integrarán actividades y espacios que busquen crear situaciones propicias para leer de forma libre y para orientar a los jóvenes lectores en la selección de sus lecturas (ver anexo VII "Las Biblioteca Escolares")
  • El desarrollo de la competencia literaria por medio de la educación literaria, que capacita para que se amplíen las posibilidades de lectura autónoma de los textos del canon. Esta línea de trabajo debe integrar actividades y espacios para:
    • Suscitar la implicación y la respuesta afectiva en relación con los textos, es decir, hacer vivir la "experiencia literaria".
    • Hacer progresar al alumnado en relación con la complejidad interpretativa de los textos mediante el conocimiento de las convenciones temáticas y formales de la tradición literaria y el contexto en que se producen.